ACADEMIA

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jueves, 18 de febrero de 2010

LA REALIDAD RADICAL

Estaba pensando en lo que decía Ortega de que la realidad radical es la vida, y aquí me he acordado del tan tergiversado Epicuro, y de cómo Emilio LLedó le hace justicia en "El Epicureismo. Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad" Ed. Círculo de lectores.

Señala LLedó como Epicuro cubre las fisuras que dejan Platón y Aristóteles. El primero por su idealismo negador de la vida vivida, y el segundo por su exaltación de la vida teórica. En esto, tambíen Ortega (demasiado leido desde los estereotipos), como Epicuro, lo tiene claro, ni vida hyperuranos, ni vida teórica, sino vida biográfica. La vida es historia propia, conciencia de vida vivida, acontecer personal, vida que fluye al compás del tiempo subjetivo más que bajo la rigidez del tiempo de los astros, la vida cuyos minutos pueden hacerse eternos o fugaces es la vida. Por más que se empeñen los astros en moverse a una velocidad constante marcando la duración exacta de los minutos nada puede puede tanta objetividad frente a la experiencia subjetiva del tiempo, capaz de convertir un día feliz en un suspiro y un momento de dolor en una eternidad.



Dosmilquinientos años de filosofía y viene Ortega de la mano de Dilthey y Nietzsche,de Husserl y Heidegger, y pasando por encima de idealismos y realismos, por encima de cientificismos y matematizaciones, de hegelianos espíritus absolutos y su disolución del sujeto en la comunidad, después de tanto darle vueltas ¿cómo pudo pudo olvidarse lo más íntimo y necesario?¿Y porque es tan tímida la reivindicación? Quizás tenga razón Ortega y la realidad radical no sea sino la vida vivida, y tal y como sólo puede ser vivida, sólo por cada cual, desde la propia subjetividad y sus miserias. Tanto afán de objetividad, tanta necesidad de abandonar lo subjetivo en pos de la verdad incontaminada y ahora resulta que se olvidó lo más cercano y aquello sin lo cual no hay pensamiento, ni vida ni mundo: El sujeto y su experiencia consciente del mundo, que es la vida real secularmente despreciada por el platonismo y su cristianización. Así, parece necesario y de provecho recuperar para la vida el papel que le corresponde en el pensamiento y no estará de más volver a las fuentes y a sus estudiosos destacados. De manera que Epicuro y Lledó van a ser mis lecturas durante los próximos días y os animo a que busquéis la edición de que os hablo si queréis disfrutar. Para muestra un botón:



"La filosofía tiene que consistir en un ejercicio múltiple de humanización y libertad. Humanización quiere decir conciencia de los límites reales de la vida, reconocimiento del caracter corporal de la existencia y reflexión inmediata y audaz sobre la estructura misma del hecho humano. Libertad quiere decir desarraigo de todos aquellos nudos ideológicos, mitos, ritos religiosos, prejuicios culturales, interpretaciones tradicionales, aposentadas sin crítica en el lenguaje y transmitidas inercialmente en la paideia y en los usos sociales.



Éste es el punto en el que incide la filosofía de Epicuro en el contexto general del pensamiento antiguo. Todo el rico y denso conglomerado de discursos, que constituyen la filosofía griega anterior a Epicuro, van a verse enfrentados con unos planteamientos y actitudes que desarrollarían algunas de las virtudes de esa filosofía anterior, y habrían de negar, decididamente, todo lo que en esa filosofía significaba de ocultamiento y olvido de la básica y radical estructura del ser humano". EMILIO LLEDÓ. El epicureismo. Una sabiduría del cuerpo del gozo y de la amistad. Ed. Círculo de Lectores.

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